jueves, 16 de febrero de 2012

Libros de Texto v/s Currículum?

 
El currículum es el conjunto de objetivos, contenidos y criterios metodológicos y de evaluación, que orientan la actividad académica. La responsabilidad del currículo está en tres estadios.

En primer lugar la administración que establece los objetivos de aprendizaje, los contenidos y los criterios de evaluación.

 En segundo lugar el marco general establecido por el currículum corresponde a los centros educativos, entidad más próxima al aula, estos habrán de adecuar los proyectos educativos del centro de acuerdo con las características del entorno social y cultural del centro.

En tercer lugar tenemos a los profesores que se encargarán de la planificación de las actividades en función del currículo.

Los libros de texto son la concreción de los conocimientos que los alumnos deben adquirir a largo del curso. El libro de aprendizaje sobre el cual trabajarán.

El libro de texto tiene ventajas para padres, alumnos y profesores, como son la comodidad de tener el temario hecho, la ilusión de los alumnos por estrenar libros o el ahorro de tiempo por parte de los profesores; en contrapunto tiene unas desventajas como son el peso de los libros, pero quizás la más importante a nivel educativo sea la rigidez de los libros y la presión a los profesores por acabar el temario a tiempo
En el aula, los profesores en muchas ocasiones se encuentran con el problema de que para llegar a dar el temario expuesto en el currículo deben desatender otras actividades que son positivas para el desarrollo intelectual de los alumnos. No todo en el aula es coger el temario y explicárselo a los alumnos como si de un dogma se tratase.

El desarrollo de proyectos o de otras actividades en el interior del aula favorece y motiva de forma muy positiva a los alumnos pero debido a las exigencias del currículum y la extensión de los libros de texto no puede realizarse.

Los profesores a través de los libros de texto, el material que tienen les dirige la forma en la que deben explicar el material obligatorio, por tanto estamos restando al profesorado la posibilidad de adaptar las explicaciones y organización del temario en función de lo que el considere más adecuado o el entorno del aula necesite.

El currículo sería como la ley de los contenidos obligatorios a explicar y los libros de texto la materialización de dichos contenidos, por tanto estamos limitando muchísimos los conocimientos que un alumno puede adquirir en un aula. Quizás la forma que aparece en el libro de explicar un experimento o un ciclo no es la más sencilla o la más adecuada para los alumnos. Quizás si los libros de texto fueran más una guía para profesor y alumno y no un circuito tan cerrado, se vería favorecida la interacción en el aula, el trabajo por parte de todos para adquirir los conocimientos.

Se están creando alumnos que se limitan a coger el libro y leerse todo el temario, aprendérselo, aprobar un examen y olvidarse. Esto no es positivo para el alumno. Todo el problema reside en que los libros de texto son una copia del currículo con contenidos y por tanto son completamente cerrados.
En la educación es tan importante el temario que se da como la forma en que dicho temario es impartido y la interacción profesor alumno. En este marco educativo la interacción alumno-profesor se ve muy limitada ya que no hay tiempo no métodos para hacerlo. Hay tal cantidad de temario para explicar y esta todo tan organizado que no es posible salir de ahí para interactuar sin acabar sufriendo un retraso importante en los objetivos finales.

Los libros de texto deberían tener unas directrices básicas sobre el temario y los objetivos que se deben adquirir y debería dejarse un amplio margen de actuación a los profesores, ya que han estudiado y están capacitados para preparar temarios y encontrar la mejor forma de impartirlos en un aula.

También tenemos el problema de la cantidad de conocimientos que según el currículum debemos adquirir, que en ocasiones son excesivos, esto genera presión en profesores y alumnos por no poder llegar a terminar el temario. Además cada aula tiene un ritmo de trabajo y la rigidez del sistema impide que el profesor se adapte al ritmo de los alumnos, sino que los alumnos deben intentar adaptarse como puedan al ritmo marcado por los libros.

Si hubiera más libertad, los profesores podrían decidir el como o el cuando impartir cierto temario. Asimismo valorar en función de la clase y sus alumnos que metodología es la más adecuada para que estos interioricen los conocimientos y no se limiten a aprenderlos y desecharlos.

En muchas ocasiones los libros de texto se ciñen tanto al currículo que introducen información que no tiene ninguna utilidad y que después en el aula el profesor se ve obligado a retirarlo o no explicarlo ya que los alumnos no están preparados o capacitados o simplemente no viene a cuento.  En otras no se ciñen mucho al temario y hacen lo que coloquialmente decimos “barrer para casa” pero con idéntico resultado de no dar libertad al profesor, cuando en el currículum hay una autonomía para los centros.

La educación y las competencias básicas que se adquieren con ella son fundamentales para saber afrontar la vida y tener unos conocimientos generales útiles, son muy importantes y quizás con este tipo de sistema y de relación currículo-libro de texto no estemos potenciando lo suficiente el aprendizaje y desarrollo de los alumnos.

Como conclusión diría que los libros de texto son una copia del currículum de la administración central y que pone trabas al correcto desarrollo y funcionamiento de un aula. Quizás el currículum si que debería mantenerse como lo que es ya que las leyes y directrices han de ser claras, también seria importante una adecuación de la cantidad de temario a explicar en un curso con el tiempo del que se dispone para impartirlo.

 En mi opinión el problema fundamental está en la construcción de los libros de texto, toman demasiado al pie de la letra la información del currículum, mientras unas editoriales se centran en unas cosas, otras editoriales en otros temas y acaban entorpeciendo el correcto aprendizaje y desarrollo. Unos libros menos densos, más interactivos, con más margen de maniobra y mejor organizados serian más sanos para la educación, el aprendizaje y la relación profesores-alumnos e incluso dejar de lado los libros de texto y que el profesor, como agente más cercano a los alumnos, pueda transformar el ambiente a un clima favorable para la educación.

Hay muchos intereses de por medio, económicamente hablando, así que o se hace más ruido, o nos seguirán metiendo el libro de texto por ahí dentro.

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